sábado, 19 de diciembre de 2009

América Latina y el cambio climático

La región dio un primer paso tendiente a un compromiso para disminuir la emisión de los gases que alteran el clima.
Teniendo en cuenta que ante las negociaciones internacionales sobre cambio climático no existía una visión del pensamiento de America latina, se creó a principios de 2009, bajo el auspicio de la Fundación Avina, la Plataforma Climática Latinoamericana (PCL). Integrada por el sector privado y la sociedad civil, su objetivo fundamental es instalar la atención sobre el cambio climático y sus efectos como un criterio prioritario para la toma de decisiones ambientales, políticas, sociales y económicas, a múltiples niveles, tanto en el sector público como en el sector privado de la región. De modo complementario, la PCL aspira a darle seguimiento nacional y local a los acuerdos internacionales climáticos para poder transmitir las distintas voces latinoamericanas en los escenarios globales.
Así, la Plataforma surge como una iniciativa promisoria que sistematiza las voces de la región: las convergencias y las diferencias, las preocupaciones y las propuestas concretas frente a los retos del cambio climático.
En ese marco se llevó a cabo una serie de encuentros en cinco países de América latina, que dieron lugar a las diferentes visiones de mas de 400 representantes de todos los sectores. La finalidad es contribuir al proceso de construcción de posiciones nacionales para las negociaciones sobre cambio climático y discutir acerca de los desafíos y oportunidades que presenta este fenómeno global.
Estos foros fueron sistematizados en un documento regional, escrito en español e inglés, presentado en uno de los eventos del cónclave que se está llevando a cabo en Copenhague. Entre sus principales mensajes, señala en primer término que los países desarrollados deben hacer un mayor esfuerzo en la reducción de sus emisiones y en su obligación de transferir tecnologías y recursos en cantidad suficiente para asegurar la adaptación de los países en desarrollo.
Sin embargo, se aclara en segundo término que los países de la región latinoamericana deben adoptar medidas de mitigación y adaptación urgentemente sin aguardar la provisión de fondos por parte de los países desarrollados. Sin duda, hay mucho para ganar adoptando esta estrategia y mucho para perder en caso de una respuesta tardía.
Sin perjuicio de que el mercado de carbono tenga una función relevante en una estrategia global de reducción de emisiones, el texto sostiene que se requiere una profunda transformación de los llamados mecanismos de desarrollo limpio (MDL) para que puedan convertirse en un medio idóneo para cumplir con su doble cometido de ayudar a reducir las emisiones y contribuir al desarrollo sustentable. Se menciona también que la protección de los bosques es una prioridad para la región y que hay acuerdo para la implementación de un sistema de financiación de mecanismos de mitigación en la medida en que se enmarquen en el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas de los países en relación al cambio climático, y que estos fondos deben ser adicionales y diferentes a los requeridos con fines de adaptación.
Finalmente, se subraya que el cambio climático es una preocupación de todos los sectores y no sólo un tema ambiental, y que es imprescindible ampliar la participación de toda la sociedad y lograr la coordinación interinstitucional de los distintos actores gubernamentales en los temas de cambio climático.
Se trata de una visión regional, aun cuando ofrezca diferencias, que contribuye a facilitar la obtención de los acuerdos necesarios para solucionar un problema de dimensión planetaria.
Cualquier iniciativa que apunte a revertir este fenómeno provocado por el hombre resulta bienvenida. Y muy especialmente en estos momentos donde lo coyuntural nos excede y nos impide promover una necesaria reflexión sobre la vida del hombre en la tierra en el mediano y largo plazo.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Cumbre climática de Copenhague

Sin indicios de un acuerdo, continúan las negociaciones en la cumbre climática.
Crecen las diferencias entre los países industrializados y los emergentes y se aleja la meta de firmar un documento conjunto
COPENHAGUE (EFE).- La presidencia de la cumbre del clima de Copenhague "continúa las consultas con los ministros de Ambiente para saber cómo se va a actuar", dijeron hoy a Efe fuentes de la conferencia.
La cumbre de la ONU sobre el cambio climático concluye mañana en Copenhague y, pese a la llegada de los primeros jefes de Estado y de Gobierno, las posibilidades de aproximación entre los países desarrollados y en desarrollo para forjar un acuerdo son escasas.
Según portavoces de organizaciones ambientalistas, hay varios textos de la presidencia danesa que tratan de acercar posiciones sobre la reducción de las emisiones de gases invernadero.
Pero la prensa danesa informaba hoy de que la presidencia, asumida ayer por el primer ministro danés, Lars Lökke Rasmussen, había renunciado a un acuerdo para esta cita.
En Berlín, la canciller alemana, Angela Merkel, en una declaración de gobierno ante el Parlamento alemán, dijo que no sabía "exactamente en qué momento se está ahora, pero las noticias que nos llegan de Copenhague no son buenas".
Merkel, que llegará a Copenhague por la tarde, instó a todos los participantes a alcanzar un acuerdo vinculante para limitar el aumento de la temperatura a 2 grados y afirmo que le reunión será un fracaso "si no logramos un acuerdo vinculante para evitarlo".
Uno de los principales escollos era la cuestión de la financiación a los países pobres por los daños causados por el calentamiento global.
La Unión Africana (UA) ha respaldado la propuesta de la Unión Europea de destinar 100.000 millones de euros anuales de ahora a 2020 para luchar contra el calentamiento global, lo que se pensó que podría ayudar a desbloquear los debates.
Pero las suspicacias de China sobre una verificación en el territorio nacional de las emisiones y sus exigencias de que los responsables de la contaminación paguen por ella han chocado frontalmente con la postura de EEUU, que se niega a pagar un centavo a Pekín por sus emisiones.
Ante la llegada del presidente norteamericano, Barack Obama, para reunirse con los demás líderes, en Copenhague se barajaba también un acuerdo de mínimos para evitar el fracaso de la cumbre.
El consenso podría pasar, según algunas fuentes, en limitar el aumento de la temperatura del Planeta a dos grados hasta 2050 frente al valor de la era preindustrial.
Estos parámetros exigirían una elevada reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) por parte de los países ricos hasta 2020, entre el 25 y el 40%.
A su vez, la UE se ha comprometido a rebajarlas hasta el 20% hasta 2020 y, si otras naciones también se muestran dispuestos a ello, incluso a aumentar los recortes hasta el 30%.

jueves, 3 de diciembre de 2009

El debate sobre el acceso al agua dulce

El uso adecuado del agua dulce. Editorial del diario La Nación.
No tiene sentido que se dicten leyes para prohibir la exportación de agua porque se trata de un bien abundante y renovable.
La Cámara de Senadores de la provincia de Santa Fe sancionó a una ley que prohíbe "la comercialización de agua dulce o potable a granel y sin tratamiento o proceso de ningún tipo, obtenida de fuentes agotables superficiales o subterráneas del dominio originario de la provincia que implique directa o indirectamente su exportación".
La ley tuvo un largo tratamiento en las dos cámaras de la Legislatura provincial. Se originó en la inquietud por la incipiente actividad de alguna empresa naviera en la extracción y exportación de agua desde el río Paraná. El texto sancionado se limita a fuentes superficiales o subterráneas agotables, lo que parecería excluir un río de las características del Paraná. Sin embargo, de los fundamentos surge que la iniciativa respondió originalmente a la intención de evitar toda exportación de agua dulce, con o sin tratamiento. Este propósito queda bien claro en otro proyecto de ley iniciado por la diputada nacional Verónica Benas que tiene trámite parlamentario desde marzo de 2009.
Ese proyecto, en su primer artículo dice: "Prohíbase en todo el territorio de la Nación la exportación de agua dulce a granel", sin mayor especificación. El discurso que lo fundamenta se refiere a la escasez de agua dulce en el planeta. A partir de esta realidad se desarrolla una posición defensiva de corte ecologista que presume el intento de grandes intereses por llevarse la supuestamente escasa agua dulce en su beneficio.
La realidad es que el agua dulce es un recurso mal distribuido en el planeta que habitamos. Es escasa en una gran parte de su superficie, pero extremadamente abundante en determinados lugares. Los grandes ríos como el Amazonas, el Mississippi o el Río de la Plata vuelcan al mar inmensos caudales de agua dulce (éste último vuelca un volumen diario de 2000 millones de metros cúbicos de agua dulce).
La Argentina consume aproximadamente 10 millones de metros cúbicos por día y extrae de los ríos de la cuenca del Río de la Plata alrededor de siete millones. Si alguien quisiera llevarse agua dulce desde la Argentina nunca se le ocurriría extraerla de acuíferos o de lagos interiores. Utilizaría grandes barcos cisterna dejando llenar sus bodegas en el Río de la Plata o el Paraná. Si existiera esta conveniencia económica la Argentina debiera controlarla y tratarla como cualquier otra exportación, obteniendo divisas y cobrando cánones en la medida que no anular aquella conveniencia. La existencia de esta posibilidad sería una excelente noticia. El dictado de estas leyes que prohíben la exportación de agua no tiene ningún sentido.
De lo que realmente debemos ocuparnos es de legislar y controlar estrictamente la contaminación de nuestros ríos. Sólo la enorme magnitud del caudal de los ríos receptores hace posible que esta contaminación no supere los límites para el consumo humano. Pero el peligro ha crecido. Si tuviéramos la fortuna de que nos compraran nuestra agua dulce, el problema en el futuro podría ser, paradójicamente, no cumplir con estándares sanitarios. Aquí es donde se deben volcar los esfuerzos y no en prohibiciones sin sentido y absurdas, como las que se exponen en las leyes que comentamos.

martes, 13 de octubre de 2009

Premio Nobel de Economía. Liderazgo de organizaciones sociales

Premio Nobel para dos estadounidenses, y por primera vez para una mujer
Elinor Ostrom y Oliver Williamson estudiaron las formas de organización social.

Los estadounidenses Elinor Ostrom y Oliver Williamson son los ganadores del premio Nobel de Economía 2009 por sus análisis sobre la forma en que se ejerce la autoridad en las empresas y los sistemas económicos, anunció ayer la Real Academia Sueca de Ciencias en Estocolmo. Ostrom es la primera mujer en recibir este galardón que se entrega desde hace 40 años.
Las investigaciones de Ostrom y Williamson demuestran que "el análisis económico puede arrojar luz sobre la mayoría de las formas de organización social", explicó el jurado del Nobel.
Ostrom (76), experta en gestión de recursos naturales, fue reconocida por sus estudios sobre el rol de las empresas en la resolución de conflictos y sobre cómo las transacciones económicas se realizan no sólo a través de los mercados, sino también dentro de las compañías, asociaciones y familias.
Codirectora del Taller de Teoría Política y Análisis de Políticas de la Universidad de Indiana, Ostrom "demostró que las copropiedades pueden ser administradas en forma eficaz por asociaciones de usuarios", desafiando la idea convencional de que la propiedad común tiene una pobre administración y debe ser regulada por las autoridades o privatizada, explicó la Academia sueca.
"Con base en estudios numerosos sobre el manejo, por parte de los usuarios, de reservas de peces, pasturas, bosques, lagos y aguas subterráneas, Ostrom concluye que los resultados son, la mayoría de las veces, mejor pronosticados por las teorías de los bienes comunes", agregó.
"He estado estudiando cómo las personas comunes al igual que los funcionarios han tratado de solucionar problemas muy difíciles" como la deforestación y la pérdida de recursos pesqueros, explicó Ostrom en Bloomington, donde está la Universidad de Indiana, tras enterarse del premio. "Cuando los individuos tienen esta forma de trabajar juntos pueden construir confianza y respeto y ser capaces de solucionar problemas", señaló.
También expresó su "gran sorpresa y agradecimiento" por ser la primera mujer en recibir el Nobel de Economía, aunque remarcó: "No seré la única".
Este año las mujeres marcaron un récord de participación en los Nobel: en total hubo cinco premiadas (en Economía, Literatura, Química y dos en Medicina).
Por su parte, Williamson (77), economista de la Universidad de California en Berkeley, desarrolló una teoría en la que las empresas funcionan como estructuras para resolver conflictos.
"Probó que los mercados y las organizaciones jerárquicas, a semejanza de las empresas, tienen estructuras de gobierno alternativas que difieren en su forma de resolver los conflictos de interés", explicó la Academia sueca.
El economista agradeció el honor y dijo que espera que en el futuro las organizaciones tengan un papel más importante en el estudio de las actividades económicas. Su galardón, subrayó, puso de manifiesto la necesidad de más estudios sobre cómo las empresas y los organismos de regulación se influencian recíprocamente.
Los asuntos relacionados con la forma en que se ejerce la autoridad en las compañías y la economía han estado en el corazón de la actual crisis económica mundial, que reactivó el debate sobre la responsabilidad, las remuneraciones y la eficacia.
"Ha habido un gran debate sobre cómo actuaron mal los grandes bancos, los bancos de inversión, con jefes que usaron mal su poder, que abusaron de la confianza de sus accionistas, y esto coincide con las teorías", dijo el integrante del comité de premiación Per Krusell sobre las teorías de Williamson.
El de Economía fue el último Nobel entregado este año. No es uno de los premios originales creados por Alfred Nobel, sino que lo fundó el banco central sueco en 1968, en memoria del filántropo, y se entrega desde 1969.
Los dos premiados compartirán 10 millones de coronas suecas (1,4 millones de dólares), una medalla de oro y un diploma de parte del rey sueco en una ceremonia del 10 de diciembre.
Los estadounidenses han tenido un claro predominio entre los ganadores del Nobel de Economía, con 45 laureados de 64. El año pasado se lo llevó Paul Krugman, creador de nuevas teorías que integraron el comercio internacional y la geografía económica, además de prestigioso analista económico.

lunes, 12 de octubre de 2009

La previa de Copenhague: duro debate por el cambio climático

Personalidades de todo el mundo urgieron este fin de semana a los líderes de las potencias a que dejen de lado sus intereses personales y ofrezcan sustanciales reducciones de los gases contaminantes que provocan el calentamiento global.
Por:
Gustavo Sierra, Clarín, enviado especial a Dinamarca
En una reunión previa a la cumbre de Medio Ambiente que se llevará a cabo también en la capital danesa, el ex secretario general de las Naciones Unidas Kofi Annan y el presidente de la Unión Europea, José Barroso, se mostraron muy preocupados por la falta de acuerdos cuando faltan apenas 50 días para el comienzo de la crucial cumbre. Lo que está en juego es si los países más desarrollados van a reducir sustancialmente la emisión de dióxido de carbono y si van a compensar a los países en desarrollo para que hagan lo mismo. El premio Nobel, Joseph Stiglitz, pidió que se dejara de pensar en la fórmula del "cap and trade" por la que los países tendrían una especie de bonos de cuota de emisión de gases que podrían vender y comprar a otros países. Y el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo propuso la creación de un impuesto universal a la contaminación que acompañe a una reducción sustancial de las emisiones de carbono de al menos el 25% antes del 2020.

sábado, 3 de octubre de 2009

Asia y el cambio climático

Asia, región vulnerable al cambio climático, podría elevar su voz en la cita de Copenhague
Por Danny Kemp. De la Agencia AFP
BANGKOK.- La serie de tifones que acecharon esta semana el sudeste de Asia demuestran la gran vulnerabilidad de la región ante el cambio climático, pero permitirán quizás a esta región hacer oír su voz en las negociaciones internacionales sobre el clima.
Hasta ahora, los países asiáticos, tremendamente expuestos a las catástrofes climáticas, no se han manifestado frente a los países ricos en las negociaciones iniciadas hace dos años sobre el calentamiento global y que se reanudaron esta semana en Bangkok. Pero cuando faltan dos meses para la cumbre decisiva de Copenhague, en diciembre, los muertos que dejó el tifón Ketsana en Filipinas, Vietnam y Camboya, aparecen como una advertencia.
Los países del sudeste asiático "son los que estarán confrontados a las consecuencias de los cambios climáticos si no obtenemos un acuerdo en Copenhague", destacó Yvo de Boer, el más alto responsable del clima en la ONU. "Las ciudades costeras son susceptibles de verse afectadas por una elevación del nivel del mar, los tifones, las inundaciones y los cambios de comportamientos climáticos", agregó.
El miércoles, Filipinas lanzó un llamado a los países desarrollados para que reduzcan sus emisiones de gas carbónico. "Las ruinas y el dolor no habrán sido vanos si adoptan medidas significativas", estimó Heherson Alvarez, jefe del equipo de negociación filipino.
Por el momento, las negociaciones de Bangkok siguen enfrentándose a los mismos obstáculos de hace meses. Los países más pobres rechazan asumir el riesgo de aminorar su desarrollo pidiendo a los ricos que paguen la factura y que sean ellos los que hagan los primeros esfuerzos. Por su lado, los países industrializados consideran que no pueden alcanzar los objetivos sin la participación de todos.
Hasta ahora, el sudeste de Asia no había asumido ningún compromiso en lo relativo a emisiones de gas carbónico, pero las cosas podrían cambiar. Indonesia indicó esta semana que su presidente había previsto una reducción del 26% de las emisiones de gas carbónico de aquí a 2020. Según los expertos, este país es el tercer emisor de gas carbónico en el mundo.
La región prevé reforzar sus reclamos mediante la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean).
Queda a los miembros del bloque regional el encontrar una posición común.

viernes, 2 de octubre de 2009

Peter Senge: un modelo para pensar la estrategia

Peter Senge: “Cómo es una organización que aprende”
Desde su libro La quinta disciplina, Peter Senge revolucionó el management con la teoría de que las organizaciones son capaces de aprender, y como tales dependen de la interacción y desarrollo de las personas que las conforman.
Las empresas que prosperan en el tiempo, plantea, son las “organizaciones inteligentes”, es decir aquellos grupos de personas que alinean talentos y capacidades para aprender a triunfar en conjunto y lograr los resultados deseados, aun frente a escenarios cambiantes.
Con un enfoque de pensamiento sistémico, Senge alienta a ampliar el campo de observación de las organizaciones para comprender complejidades e interacciones. Mientras que la visión tradicional de las empresas era la de fenómenos parcelados independientes entre sí, el enfoque sistémico propone pensar en totalidades y hacer conexiones, buscando puntos de mejora o apalancamientos que restablezcan el equilibrio del sistema y le permitan volverse abierto al aprendizaje y la autosuperación.
Así, el aprendizaje organizacional requiere de un desarrollo a largo plazo tanto de los individuos como de sus empresas.
Las cinco disciplinas que propone Senge son:
• Dominio o excelencia personal, para manejar la tensión entre las aspiraciones y la realidad y prepararse para tomar mejores decisiones.
• Reconocimiento de los modelos mentales que determinan nuestro modo de percibir el mundo, actuar y sentir, y que por ser inconscientes no suelen revisarse.
• Generación de una visión compartida que oriente la acción de individuos y grupos hacia objetivos y futuros comunes.
• Trabajo en equipo, basado en comunicación, interacción y alineación de talentos para que los resultados sean mayores que la suma de los aportes individuales.
• Enfoque sistémico para ser capaces de reconocer interacciones que puedan conducir a mejoras significativas y duraderas, es decir buscar soluciones de fondo a los problemas y no atacar sólo los emergentes o síntomas.
Esta visión interactiva entre empresas, individuos y realidad permite enfrentar problemas nuevos como la motivación de los empleados, la ecología o el desarrollo sustentable, que Senge aborda en sus libros más recientes, y desde la Sociedad para el Aprendizaje Organizacional, de la que es fundador y presidente, organización que busca descubrir, integrar e implementar teorías y prácticas para el desarrollo interdependiente de los individuos y sus organizaciones.
Una visión humana y ecológica de las empresas que permite abordar la complejidad de los desafíos del siglo 21.
Mini-bio: estadounidense, nacido en 1947. Se graduó como ingeniero en la Universidad de Stanford, tiene una maestría en Modelación de Sistemas Sociales y un doctorado en Management del MIT. Actualmente es profesor universitario en el MIT, orador en numerosas conferencias y lleva adelante una sociedad para el aprendizaje organizacional.
Temas: desarrollo organizacional, organizaciones abiertas al aprendizaje, pensamiento sistémico, trabajo en equipo, liderazgo, organizaciones inteligentes, ecología.
Bibliografía destacada: La quinta disciplina, La quinta disciplina en la práctica.
Más información: Sociedad para el Aprendizaje Organizacional www.solonline.org

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Biblioteca Digital Mundial

WORLD DIGITAL LIBRARY. LA BIBLIOTECA DIGITAL MUNDIAL DE LA UNESCO (UNA JOYA)
www.wdl.org
Os envío lo que considero, sin duda, el archivo CULTURAL más importante que he recibido!!! LA NOTICIA DEL LANZAMIENTO EN INTERNET DE LA WDL..... LA BIBLIOTECA DIGITAL MUNDIAL. QUE REGALAZO DE LA UNESCO PARA LA HUMANIDAD ENTERA !!!! especialmente para LOS JÓVENES Ya está disponible en Internet, a través del sitio www.wdl.org Es una noticia QUE NO SOLO VALE LA PENA REENVIAR SINO QUE ES UN DEBER ÉTICO, HACERLO!!
Reúne mapas, textos, fotos,grabaciones y películas de todos los tiempos y explica en siete idiomas las joyas y reliquias culturales de todas las bibliotecas del planeta. Tiene, sobre todo, carácter patrimonial", anticipó ayer a LA NACION Abdelaziz Abid, coordinador del proyecto impulsado por la Unesco y otras 32 instituciones.
La BDM no ofrecerá documentos corrientes , sino "con valor de patrimonio, que permitirán apreciar y conocer mejor las culturas del mundo en idiomas diferentes: árabe, chino, inglés, francés, ruso,
español y portugués. Pero hay documentos en línea en más de 50 idiomas".
Entre los documentos más antiguos hay algunos códices precolombinos, gracias a la contribución de México, y los primeros mapas de América, dibujados por Diego Gutiérrez para el rey de España en 1562", explicó Abid.Los tesoros incluyen el Hyakumanto darani , un documento en japonés publicado en el año 764 y considerado el primer texto impreso de la historia; un relato de los aztecas que constituye la primera mención del Niño Jesús en el Nuevo Mundo; trabajos de científicos árabes desvelando el misterio del álgebra; huesos utilizados como oráculos y estelas chinas; la Biblia de Gutenberg; antiguas fotos latinoamericanas de la Biblioteca Nacional de Brasil y la célebre Biblia del Diablo, del siglo XIII, de la Biblioteca Nacional de Suecia.
Fácil de navegar.

Cada joya de la cultura universal aparece acompañada de una breve explicación de su contenido y su significado.. Los documentos fueron escaneados e incorporados en su idioma original, pero las explicaciones aparecen en siete lenguas, entre ellas EL ESPAÑOL La biblioteca comienza con unos 1200 documentos, pero ha sido pensada para recibir un número ilimitado de textos, grabados, mapas, fotografías e ilustraciones.
Cómo se accede al sitio global.
Aunque será presentado oficialmente hoy en la sede de la Unesco , en París, la Biblioteca Digital Mundial ya está disponible en Internet, a través del sitio
www.wdl.org .
El acceso es gratuito y los usuarios pueden ingresar directamente por la Web , sin necesidad de registrarse Cuando uno hace clic sobre la dirección
www.wdl.org , tiene la sensación de tocar con las manos la historia universal del conocimiento. Permite al internauta orientar su búsqueda por épocas, zonas geográficas, tipo de documento e institución. El sistema propone las explicaciones en siete idiomas (árabe, chino, inglés, francés, ruso, español y portugués). Los documentos, por su parte, han sido escaneados en su lengua original.
De ese modo, es posible, por ejemplo, estudiar en detalle el Evangelio de San Mateo traducido en aleutiano por el misionero ruso Ioann Veniamiov, en 1840.
Con un simple clic, se pueden pasar las páginas de un libro, acercar o alejar los textos y moverlos en todos los sentidos. La excelente definición de las imágenes permite una lectura cómoda y minuciosa. Entre las joyas que contiene por el momento la BDM está la Declaración de Independencia de Estados Unidos, así como las Constituciones de numerosos países; un texto japonés del siglo XVI considerado la primera impresión de la historia; el diario de un estudioso veneciano que acompañó a Fernando de Magallanes en su viaje alrededor del mundo; el original de las "Fabulas" de Lafontaine, el primer libro publicado en Filipinas en español y tagalog, la Biblia de Gutemberg, y unas pinturas rupestres africanas que datan de 8.000 A .C Dos regiones del mundo están particularmente bien representadas: América Latina y Medio Oriente. Eso se debe a la activa participación de la Biblioteca Nacional de Brasil, la biblioteca Alejandrina de Egipto y la Universidad Rey Abdulá de Arabia Saudita.
La estructura de la BDM fue calcada del proyecto de digitalización la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, que comenzó en 1991 y actualmente contiene 11 millones de documentos en línea.
Sus responsables afirman que la BDM está sobre todo destinada a investigadores, maestros y alumnos. Pero la importancia que reviste ese sitio va mucho más allá de la incitación al estudio de las nuevas generaciones que viven en un mundo audiovisual. Este proyecto tampoco es un simple compendio de historia en línea: es la posibilidad de acceder, íntimamente y sin límite de tiempo, al ejemplar invalorable, inabordable, único, que cada uno alguna vez soñó con conocer.
Alejandro del Teso Herradón. Bibliotecario

lunes, 21 de septiembre de 2009

Pobreza y cambio climático

Pobreza y cambio climático. Por: Helen Clark. Fuente: Administradora del PNUD
El cambio climático afectará primero y más a los más vulnerables. Combatir la pobreza y proteger nuestro planeta deben ir de la mano. Es hora de exigir visión y acción por un mundo mejor, más limpio y más sostenible.
Debemos asegurar modelos de vida y de desarrollo en equilibrio de los ecosistemas y encontrar un crecimiento más sostenible. El cambio climático presenta desafíos y oportunidades. Si las naciones avanzan en las conversaciones de Copenhague, se logrará reducir las emisiones; desarrollar procesos productivos menos dependientes del carbono y del consumo; orientar la financiación del clima para el crecimiento económico; y aportar alternativas incluyentes para salir de la pobreza.
Las negociaciones sobre cambio climático deberían, al menos, contemplar tres imperativos para los países en desarrollo. Primero, los países en desarrollo deberían crear las condiciones para una vida digna. Sin acceso básico al agua, a servicios de saneamiento, alimentos y energía, a instituciones eficientes y mecanismos de participación, la gente no podrá sobrellevar el peso del cambio climático.
Segundo, sus habitantes necesitan apoyo para fomentar capacidades de adaptación. Implica ayudar a que estos países den prioridad a la adaptación al cambio climático para combatir la pobreza. Estos esfuerzos deberían ser flexibles y resistentes.
Tercero, los países en desarrollo necesitan socios para crear vías de crecimiento menos dependientes del carbono. Implica orientar los fondos públicos y privados hacia inversiones más limpias.
Se requerirá una voluntad política firme que no obstaculice el interés del planeta. Podremos sellar un pacto para el desarrollo y construir un futuro más pacífico y próspero. Necesitamos invertir ahora para proteger el clima, nuestras vidas y las de nuestros descendientes.
Sabemos qué debemos hacer. Podemos no hacer nada, o muy poco; o podemos luchar juntos, codo a codo, contra el cambio climático. Espero que en diciembre, en Copenhague, aunemos la valentía colectiva para actuar.

martes, 7 de julio de 2009

Acuerdo global sobre el cambio climático

Hay que negociar en serio. Por Jeffrey D. Sachs. Para LA NACION
NUEVA YORK-. Un aspecto extraño y perturbador de la política global de hoy es la confusión entre negociación y resolución de problemas. Según un calendario que se estableció en diciembre de 2007, nos quedan seis meses para llegar a un acuerdo global sobre el cambio climático en Copenhague. Los gobiernos están abocados a una enorme negociación, pero no se han empeñado en ningún esfuerzo enorme para conseguir resolver el problema. Cada país se pregunta: "¿Cómo puedo hacer lo mínimo y lograr que los otros países hagan lo máximo?", cuando en realidad deberían preguntarse: "¿Cómo cooperamos para alcanzar las metas compartidas con un costo mínimo y un beneficio máximo?".
Ambas alternativas parecen iguales, pero no lo son. Enfrentar el problema del cambio climático requiere reducir la emisión de dióxido de carbono procedente de los combustibles fósiles, circunstancia que, a su vez, implica elegir opciones tecnológicas, algunas de las cuales ya existen y muchas más que deben ser desarrolladas. Por ejemplo, las usinas de carbón, en el caso de que sigan siendo una parte importante de la producción energética, deberán capturar y almacenar el CO2, un proceso denominado "captura y secuestro de carbono", o CCS, según sus siglas en inglés, para abreviar. Sin embargo, aún no se ha probado esta tecnología.
De manera semejante, necesitamos que haya confianza pública en una nueva generación de poder nuclear, cuyas plantas sean seguras y controladas de manera responsable. Necesitaremos nuevas tecnologías para movilizar energía solar, energía eólica y energía geotermal en gran escala. Podríamos tratar de probar con los biocombustibles, pero sólo de maneras que no compitan con el abastecimiento de alimentos ni amenacen preciosos valores del medio ambiente.
Y la lista sigue. Necesitamos mejorar la eficiencia energética, por medio de "edificios verdes", y electrodomésticos más eficientes. Necesitamos cambiar los autos con motores de combustión interna por vehículos híbridos, híbridos conectables a enchufes, alimentados por baterías o por pilas de combustible.
Lograr una nueva generación de vehículos eléctricos requerirá una década de asociación entre el sector público y el privado para el desarrollo de una tecnología básica (tal como mejores baterías), un tendido eléctrico más potente, nueva infraestructura para recargar los automóviles, y muchas cosas más. De manera semejante, hará falta una década de inversiones públicas y privadas para demostrar la factibilidad de usinas de carbón que capturen el dióxido de carbono.
La transición a nuevas tecnologías no depende de las negociaciones, sino de la ingeniería, la planificación, la financiación y de los incentivos. ¿Cómo puede hacer el mundo para desarrollar, demostrar y después difundir de la manera más eficaz estas nuevas tecnologías? En los casos en que es improbable que los beneficios lleguen a manos de inversores privados, ¿quién debería pagar por los primeros modelos de prueba, que insumen miles de millones de dólares? ¿Cómo debemos preservar los incentivos privados para la investigación y para el desarrollo mientras nos comprometemos a transferir las tecnologías exitosas a los países en desarrollo?
Todas estas preguntas son urgentes y aún no tienen respuesta. Sin embargo, las negociaciones globales sobre el cambio climático se centran en otro conjunto de problemas. Las negociaciones se refieren primordialmente a cuáles son los grupos de países que deberían reducir sus emisiones, en qué grado, con cuánta rapidez y para qué plazo. Se impone a los países que para 2020 deben haber reducido sus emisiones en un porcentaje determinado, sin grandes debates serios sobre la manera en que puede lograrse esa reducción. Las respuestas dependen, por supuesto, de las tecnologías de baja emisión de las que se dispondrá y de la rapidez con la que pueda empleárselas.
Consideremos el caso de los Estados Unidos. Para reducir significativamente las emisiones, el país debería reemplazar sus vehículos por una nueva flota de automóviles, cada vez más alimentados por electricidad. Estados Unidos también tiene que decidir la renovación y la ampliación de sus plantas de energía nuclear, y el uso de terrenos públicos para la construcción de nuevas plantas de energía renovable, especialmente las que emplean energía solar. Y Estados Unidos necesitará un nuevo tendido eléctrico para llevar energía renovable desde lugares con baja densidad poblacional -como los desiertos del Sudoeste en el caso de la energía solar, y las planicies del Norte en el caso de la energía eólica- a las costas densamente pobladas. Pero todo esto requiere de la existencia de un plan nacional, no simplemente de una meta de reducción de las emisiones.
De manera similar, China, al igual que los Estados Unidos, puede reducir las emisiones de CO2 mediante una mayor eficiencia energética y una nueva flota de vehículos eléctricos. Pero China debe considerar el problema desde el punto de vista ventajoso de una economía que depende del carbón. Las futuras decisiones de China dependen de que "el carbón limpio" pueda funcionar de manera eficaz a gran escala. Así, el futuro de las emisiones en China depende crucialmente de las primeras pruebas de la tecnología CCS.
Un enfoque global verdaderamente creativo sería discutir primero las mejores opciones tecnológicas y económicas disponibles, y cómo mejorar esas opciones por medio de la investigación y el desarrollo preacordados y mejores incentivos económicos. Las negociaciones se centrarían en el rango de opciones disponibles en cada país y en cada región -desde CSS hasta energía solar, eólica y nuclear- y establecerían una agenda tentativa para la producción de una nueva generación de automóviles con bajo nivel de emisión, tomando en cuenta que, tanto la competencia de mercado como el financiamiento público, impondrán el ritmo real de concreción.
Basándose en este esquema fundamental, el mundo podría acceder a asignar los costos que tendría acelerar el desarrollo y la difusión de las nuevas tecnologías de bajo nivel de emisión. Este encuadre global sustentaría los objetivos nacionales y globales de control de las emisiones y controlaría el progreso de las tecnologías de reemplazo. A medida que se prueben las nuevas tecnologías, los objetivos se harían más rigurosos. Por supuesto, parte de la estrategia sería crear incentivos de mercado para las nuevas tecnologías de bajo nivel de emisiones, para que los inventores pudieran desarrollar sus propias ideas con la perspectiva de lograr grandes ganancias, en el caso de que resultaran exitosas.
Tal vez mi petición de que se discutan planes y estrategias con objetivos específicos en cuanto a la reducción de emisiones parezca poner en riesgo la concreción de las negociaciones. Pero si no tenemos una estrategia que acompañe nuestros objetivos, los gobiernos del mundo tal vez no acepten esos objetivos en primer lugar, o tal vez los acepten de manera cínica, sin ninguna intención real de cumplirlos. Debemos pensar seriamente, y con un espíritu cooperativo, sobre las opciones tecnológicas reales del mundo, y después abocarnos a construir un encuadre global común que nos permita saltar hacia una nueva era, basada en tecnologías factibles y sustentables en los sectores de energía, transporte, industria y construcción edilicia.

jueves, 11 de junio de 2009

Informe Naredo

El agua en el mundo: disponibilidades y problemas (I)
Por José Manuel Naredo, 14 de abril de 2001
La calidad y accesibilidad del agua plantea un grave problema de escasez económica: el 97,5 por ciento del stock de agua de la Tierra está compuesto por agua salada y solamente el 0,3 por ciento del 2,5 por ciento restante constituye el agua dulce de los ríos y los lagos, que moviliza el “ciclo hidrológico” anual. Empecemos señalando el orden de magnitud de las disponibilidades de agua en el mundo para referirnos después al agua utilizada por la especie humana.
Nos apoyaremos para ello en la información que ofrece uno de los estudios más solventes: el dirigido por Igor A. Shiklomanov (1999) sobre Los recursos mundiales de agua: evaluación actualizada y perspectivas para el siglo XXI, dentro del Programa Hidrológico Internacional de la UNESCO que actualiza otros anteriores (1) y ofrece un panorama mundial bastante completo.
El primer punto a subrayar es que la sensación de abundancia que ofrece el hecho de que las dos terceras partes del planeta Tierra estén cubiertas de agua, se desinfla si nos referimos al agua accesible y de calidad. En efecto, como se observa en la Figura 1, el 97,5 % del stock de agua de la Tierra está compuesto por agua salada y solamente el 0,3 % del 2,5 % restante constituye el agua dulce de los ríos y los lagos, que moviliza el “ciclo hidrológico” anual (Shiklomanov (1999) (2). Por lo tanto no es la cantidad, sino la calidad y accesibilidad del agua lo que plantea un problema de escasez económica.
Y, recordemos también que el tema de la calidad asociada a la cantidad ha de interpretarse atendiendo a la Ley de la Entropía o Segundo Principio de la Termodinámica, que es el que marca el trasfondo físico de la escasez económica. Además hay que subrayar que no cabe relacionar la escasez del agua con las entradas por precipitación, pensando que se pueden canalizar en su totalidad hacia los usos: éstas se han de dividir en tres partes, una se evapora en la atmósfera, otra se fija en el suelo, en la vegetación y los organismos que componen la biosfera y otra es la que va por los cauces y lagos superficiales y subterráneos hacia el mar. Y solo de esta última parte cabe derivar agua hacia los usos antrópicos, pero sin agotar cauces o acuíferos, para evitar los daños sociales y ecológicos derivados de su sobrexplotación.
El abastecimiento de agua de calidad no es ya tanto un problema físico, como económico: las técnicas disponibles permiten fabricar el agua con la calidad deseada y llevarla al lugar requerido, pero ello entraña unos costes físicos y monetarios que pueden hacer la operación económica y ecológicamente poco recomendable
Razonando ya sobre ese 0,3 % del agua dulce que mueve el llamado “ciclo hidrológico” anual, hemos de subrayar que si bien los balances de agua se atienen a la Ley de Conservación o Primer Principio de la Temodinámica, su movimiento está sujeto, como todos los del mundo físico, a la Ley de la Entropía o Segundo Principio de la Termodinámica. El “motor solar” mueve el ciclo hidrológico, al igual que el agua mueve la rueda de un molino: la energía externa del Sol es la que permite recuperar la calidad química (grado de “puerza”, asociado a su capacidad de dilución) y física (elevación en altitud) del agua. El agua sigue después un proceso deterioro natural regido por la Ley de la Entropía: todos los estados del agua describen un campo de energía potencial que va descendiendo hasta llegar al mar, donde alcanza su máximo nivel de entropía, que la radiación solar invierte por evaporación mediante la elevación del agua y la eliminación de sustancias disueltas o diluidas en ella. De los campos de energía que explican el movimiento del agua en la biosfera, dos son los más importanes y ligados con la gestión: los relacionados con la potencia física hidráulica (medible en función de la masa y la altura sobre el nivel del mar) y la química (medible por la presión osmótica que ejerce el agua del mar sobre un émbolo con una membrana semipermeable que la pone en contacto con agua de mejor calidad) (3). Este enfoque reviste especial importancia para razonar en términos de sostenibilidad, sobre todo cuando la tecnología actual permite paliar el movimiento hacia el deterioro del agua que observa el ciclo hidrológico, e incluso sustituir al motor solar en sus funciones de desalación y bombeo, todo ello a base de inyectar energía de calidad en los procesos. Lo cual pone bien de manifiesto que el abastecimiento de agua de calidad no es ya tanto un problema físico, como económico: las técnicas disponibles permiten fabricar el agua con la calidad deseada y llevarla al lugar requerido, pero ello entraña unos costes físicos y monetarios que pueden hacer la operación económica y ecológicamente poco recomendable.
La Figura 2 muestra que la evaporación motivada por el Sol eleva el agua en calidad y cota, en la “Fase atmosférica” del ciclo hidrológico, y con la precipitación se reinicia un proceso de descenso y deterioro que acaba en el sumidero último de los mares. El movimiento vertical de agua al que permanece asociada la vida en las tierras emergidas se debe a que en ellas, a diferencia de lo que ocurre en los mares, las entradas por precipitación son mayores que las salidas por evaporación, arrojando un saldo neto favorable de más de cuarenta mil kilómetros cúbicos de agua, que se eleva anualmente desde los mares hacia las tierras emergidas. Este saldo es el que alimenta los cursos de agua dulce que fluyen anualmente hacia los mares por vía superficial o subterránea, a la vez que el agua va ganando contenido en sales y partículas.
Cuando ya se han quemado cerca de la mitad de las reservas de petróleo convencional que existían en la corteza terrestre y se sabe que con el naciente siglo XXI desaparecerá la era del petróleo abundante y barato, no resulta muy prometedor apoyar el futuro del abastecimiento de agua en la desalación del agua del mar realizada a base de petróleo
Para que la industria humana obtenga anualmente un flujo de agua similar en calidad y cota al que moviliza anualmente el “motor solar”, se requeriría destinar a esta tarea entre 8 y 13 veces la energía que se extrae anualmente en forma de combustibles fósiles (4), lo que evidencia la insostenibilidad global de este proceder. Por otra parte, cuando ya se han quemado cerca de la mitad de las reservas de petróleo convencional que existían en la corteza terrestre y se sabe que con el naciente siglo XXI desaparecerá la era del petróleo abundante y barato (5), no resulta muy prometedor apoyar el futuro del abastecimiento de agua en la desalación del agua del mar realizada a base de petróleo.
La Figura 3 pone de manifiesto que ese flujo de cuarenta mil kilómetros cúbicos largos antes mencionado se compone en buena parte de corrientes irregulares, siendo el flujo estable menos de la mitad y (habida cuenta que parte del flujo estable discurre por territorios deshabitados) el flujo accesible se cifra en poco más de los diez mil kilómetros cúbicos. A este flujo se aplican las operaciones de extracción y de vertido que entrañan los usos. Aunque la falta de estadísticas solventes del agua utilizada ha dado lugar a estimaciones discrepantes, cabe razonablemente cifrar el agua utilizada en el año 2000 en más de cinco mil kilómetros cúbicos anuales y si se añade el agua contaminada por los vertidos, se puede pensar que se está ya usando, o deteriorando por los usos, más de la mitad del flujo accesible. Lo cual es especialmente grave cuando el agua accesible ha ido aumentando artificialmente mediante instalaciones de captación, regulación y bombeo que se revelan cada vez más costosas económica y ecológicamente.
El panorama general descrito esconde situaciones muy variadas originadas por las diferencias climáticas y por el desajuste que se observa entre el agua disponible en los territorios y la creciente presión de sus habitantes.
La pretensión implantar cultivos muy consumidores de agua en zonas áridas origina el principal desajuste entre disponibilidades y exigencias de uso. Pero este desajuste se amplía con la descontrolada presión de asentamientos y usos urbano-industriales impropios de esas zonas, que permanecen muchas veces indiscutidos
El agua suele “sobrar” en la zonas de clima húmedo, en las que llueve más de lo que sería capaz de gastar la vegetación en el territorio, siendo en ellas el drenaje la principal operación a realizar para evacuar el exceso de agua y evitar, así, que el encharcamiento de suelo impida desarrollar en él aprovechamientos agrarios, forestales, industriales...o residenciales. Sin embargo, en las zonas de clima seco, más o menos extremado, la precipitación anual no alcanza a aportar el agua que gastaría la vegetación en el territorio, por lo que la “falta” de agua es en ellas un factor limitante para el desarrollo de la vegetación y las actividades humanas: el caso extremo son los desiertos, que se caracterizan precisamente, por la ausencia de vegetación y de población. En las zonas de clima seco, al revés de lo que ocurre en las de clima húmedo, los trabajos y las labores agrícolas apuntan a retener el agua en los suelos evitando que escape sin que la hayan aprovechado antes los cultivos.
No obstante son las exigencias de la población sobre el territorio las que transforman la posible escasez física, de origen climático, en escasez social sentida por las personas. Por ejemplo, en un desierto, donde no hay población, habrá mucha escasez física de agua, pero no hay escasez social. Por el contrario, en una zona de clima húmedo habrá abundancia de precipitaciones, pero la extremada presencia de población y de actividades muy exigentes en agua, o muy contaminantes, pueden provocar una fuerte escasez social de agua de calidad.
La pretensión de implantar cultivos muy consumidores de agua en zonas áridas origina el principal desajuste entre disponibilidades y exigencias de uso. Pero este desajuste se amplía con la descontrolada presión de asentamientos y usos urbano-industriales impropios de esas zonas, que permanecen muchas veces indiscutidos. Por ejemplo, en un país de clima húmedo, como Inglaterra, resulta lógico utilizar el agua para diluir los vertidos, ideando par ello el WC, instalar césped en los jardines o entretenerse jugando a golf en sus verdes parderas naturales. Pero resulta a todas luces inadecuado exportar estos inventos, tal y como habían sido concebidos en la húmeda Inglaterra, a todas las zonas áridas del planeta. La civilización industrial produjo así el desajuste cada vez más insostenible (que refleja la Figura 3 para la media planetaria) entre el agua accesible de calidad y las exigencias de la población. En el próximo número de Ojos de Papel veremos cómo la política hidráulica contribuyó a ampliar 3ste desajuste en España.
REFERENCIAS
-BOTERO, E.A. (2001) Valoración exergética de recursos naturales: minerales, agua y combustibles fósiles, Tesis Doctoral dirigida por Antonio Valero, Departamento de Ingeniería Mecánica, Universisdad de Zaragoza.
-NAREDO, J.M. y GASCÓ, J.M. (1997) Spanish water accounts (sumary report), en San Juan, C. y Montalvo, A. (eds.) Environmental economics in the European Union, Mundi-Prensa y Universidad Carlos III, Madrid.
-NAREDO, J.M. y VALERO, A. (dirs.) (1999) Desarrollo económico y deterioro ecológico, Madrid, Fundación Argentaria y Visor Distribuciones.
-POSTEL, S. (1996) Dividing waters (Traducción española: El reparto del agua, de Bakeaz, Bilbao, 1997).
-SHIKLOMANOV, I. (1998) World water resources. A new appraisal and assessment for the 21th. Century, United Nations, UNESCO, París.
-SHIKLOMANOV, I. (1999) World water resources: Modern assessment and outlook for 21-st century, Federal Sevice of Rusia for Hidrometorology & Environment Monitoring State, Hidrological Institute, San Petesburgo.
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NOTAS
(1) Shiklomanov, director del Instituto Hidrológico Estatal de la antigua Unión Soviética, con sede en San Petesburgo (que había realizado en 1974 un muy completo y detallado Balance de mundial de agua y recursos de la Tierra, actualizado en 1990) llevó a cabo por encargo de la UNESCO una nueva estimación durante los años 1991-1996 (Shiklomanov, I (1998) World Water Resources. A new appraisal and assessment for the 21th Century, United Nations, UNESCO, París).
(2) El 68,9 % del agua dulce se encuentra en forma de hielo; el 29,9 % son aguas subterráneas y el 0,9 % forma parte de los suelos, la vegetación y los organismos, siendo el 0,3 % restante el que llena los cauces de los ríos y lagos de agua dulce.
(3) Estos aspectos se han desarrollado metodológicamente y aplicado cuantitativamente en Las cuentas del agua en España (Vid. Naredo, J.M. y Gascó, J.M. (1997). A la metodología de cálculo de la potencia física y química del agua estimada en Las cuentas del agua en España para sistemas reversibles, se añade ahora la metodología desarrollada por Botero, E.A.(2001) para calcular el coste de reposición sobre sistemas reales de producción y bombeo de agua.
(4) La desalación del agua del mar exige, con la mejor tecnología disponible (la ósmosis inversa), entre 4 y 8 kWh/m3 de electricidad y, si se obtiene esta electricidad mediante centrales térmicas (con una eficiencia de 0,33 y con energía adicional requerida para extraer, transportar y refinar los combustibles fósiles) la energía primaria requerida multiplicaría al menos por tres a la utilizada en forma de electricidad, necesitando en realidad entre 12 y 24 kWh/m3, es decir, entre 43 y 86 MJ/m3, en forma de petroleo. Y como la energía de un kilo equivalente de petróleo (1 kep) es aproximdamente igual a 42 MJ, tenemos que la desalación exige entre 1 y 2 kilos equivalentes de petróleo por m3 de agua. Con lo que la desalación de los 43.000 km3 que mueve anualmente el ciclo hidrológico exigiría entre 43.000 y 86.000 Mtep. A esto habría que añadir la energía adicional requerida por el bombeo, que podríamos cifrar entre 0,5 y 0,75 kep/m3. Si recordamos que a finales de los 90 se extraían anualmente 8.500 Mtep en forma de combustibles fósiles, podemos respaldar la afirmación indicada en el texto que estima que la energía requerida para fabricar industrialmente un flujo de agua de calidad similar al que nos aporta el ciclo hidrológico, sería entre 8 y 13 veces mayor que la extraída anualmente en forma de combustibles fósiles.
(5) Ciertamente no cabe hablar de agotamiento absoluto, pero el petróleo es la sustancia mejor estudiada de la corteza terrestre y ya no caben sorpresas como las que se produjeron hace medio siglo con el descubrimiento de los grandes yacimientos del Oriente Medio: cuando los grandes yacimientos de petróleo barato toquen a su fin se pasarán a explotar primero yacimientos de mayor coste de extracción, después a la explotación del petróleo no convencional (pizarrras bituminosas, etc.) y a la fabricación industrial del mismo a partir del carbón y de alcoholes a partir de biomasas (véase Naredo, J.M. y Valero, A. (dirs.) 1999, Cap.21).

miércoles, 10 de junio de 2009

Samanta Sen y el Informe Tearfund

AMBIENTE: Se agota el agua en el mundo en desarrollo.
Por Samanta Sen
LONDRES, 27 mar (IPS) El mundo en desarrollo agota sus reservas de agua a un ritmo alarmante, según un estudio realizado por la agencia cristiana Tearfund, radicada en Londres.
Dos de cada tres personas en el mundo sufrirán carencias de agua en 2025, a menos que se tomen medidas drásticas. Esas personas vivirán, además, en el Sur en desarrollo. Durante la década de 1990 el mundo padeció 143 sequías que afectaron a 185 millones de personas, sostiene el informe publicado el día 22, en coincidencia con el Día Mundial del Agua.
"El aumento de la población, el mal manejo del agua, el uso indiscriminado de las reservas subterráneas y el recalentamiento planetario se combinan para crear el espectro de millones de personas, las más pobres del planeta, ancladas en la pobreza debido a la falta de agua", advierte el estudio.
De hecho, la crisis ya está en marcha. Dos tercios de las ciudades chinas enfrentan graves carencias de agua. En India, Nueva Delhi agotará sus reservas subterráneas para 2015, si continúa el consumo actual. En Africa, en los últimos veinte años, el espejo de agua del lago Chad se redujo de 18 mil kilómetros cuadrados a sólo 3.900. A raíz de la propagación de las sequías, casi veinte millones de personas se enfrentan a la carencia de alimentos en el este africano.
"El consumo mundial de agua potable se multiplicó por seis entre 1900 y 1995, más del doble de la tasa de crecimiento de la población", dice el informe. La población mundial se incrementará en tres mil millones de personas en los próximos cincuenta años, y la mayoría de ellas nacerán en los países que ya experimentan falta de agua.
Para 2025, unos 25 países africanos estarán sometidos a regímenes de racionamiento individual del agua, equivalentes a 1.700 metros cúbicos de agua por persona y por año. Kenia, Marruecos, Sudáfrica, India y Pakistán tendrán niveles por debajo de los mil metros cúbicos por persona y por año. Esos límites han sido catalogados por la ONU como "catastróficos", sostiene el informe.
El gobierno británico recomendó reducir a la mitad la proporción de población que no pueda acceder al agua potable para 2015. Pero alcanzar ese objetivo exige que las inversiones en agua se incrementen entre 300 mil y 600 mil millones de dólares, advierte el informe de Tearfund. Tres años continuos de sequía han dañado a Pakistán, Irán e India. Pero la misma fue más grave aún en Afganistán, donde provocó desplazamientos masivas de población dentro del país o hacia campos de refugiados en Pakistán.
En Irán la sequía afectó a 37 millones de personas, la mitad de la población. Casi 60 por ciento de los habitantes rurales podrían verse obligados a migrar a las ciudades. En Eritrea más de 1,5 millones de personas fueron desplazadas por la búsqueda de agua y escapando del conflicto armado que padece ese país.
"En Etiopía, gran cantidad de la población depende exlusivamente de la ayuda alimentaria para su supervivencia, pues ha perdido su ganado y cultivos por la sequía", dice el informe. Por otra parte, China sufre "devastadores cortes de agua que no pueden ser endilgados a los imprevisibles cambios del clima". El río Amarillo, uno de los más grandes del norte, está casi siempre seco.
La crisis afecta a las ciudades chinas de manera sorprendente. "Shanghai se hunde debido a la cantidad de agua subterránea que se extrae de ella. En total, dos tercios de las ciudades chinas padecen grave escasez de agua", según el informe. El mal gobierno sería el culpable de esta situación. Una buena administración puede superar la escasez natural de agua, como ocurre en Irael y el sudeste de Gran Bretaña, donde el gobierno "y la alta inversión" aseguran un buen suministro, agrega.
La merma del suministro en el mundo en desarrollo se agravará por la creciente población. En Europa se prevé que la población descenderá para 2025, aun cuando no hay escasez de agua. Las reservas subterráneas suministran la tercera parte del agua dulce del mundo. El nivel de dichas reservas desciende hasta un metro por año en partes de China, India, México y Yemen.
La agricultura utiliza 70 por ciento del agua dulce del mundo. Esa proporción asciende a 90 por ciento en Africa y Asia, indica el informe. El recalentamiento planetario acelera el problema. La década de 1990 fue la más cálida desde que comenzó a medirse la temperatura en 1860. A medida que las temperaturas suban, las reservas de agua disminuirán porque se extenderán los desiertos y el ritmo de evaporación.
El derretimiento de los hielos polares aumentará el agua de los océanos y causará la penetración de sal en las masas de agua fresca. "Las inundaciones costeras se intensificarán, y las islas del Pacífico podrían desaparecer del todo", advierte el informe. La escasez puede provocar conflictos armados, "sobre todo entre aquellos países que dependen del agua de ríos que se originan fuera de sus fronteras", agrega.
Tearfund recomienda que para poder enfrentar la crisis el tema del agua sea una prioridad en la agenda de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sustentable en 2002. "La comunidad internacional debe redescubrir métodos tradicionales de conservación del agua, además de tecnologías nuevas, con la participación y el conocimiento de las comunidades locales", exhorta el informe.
Los gobiernos deben redoblar sus esfuerzos para reducir las emisiones de gases invernadero en cinco por ciento para 2012, y la "inversión en el suministro de agua, el saneamiento y los recursos acuíferos deben aumentarse drásticamente", afirma. "Se debe reconocer el valor que tiene el agua al cobrársela a la industria, la agricultura de gran escala y los sectores de altos ingresos, pero se deben conceder subsidios a aquellos que no puedan pagar el precio", recomienda Tearfund.